Por eso, una vez que hemos decidido operarle, ya sea porque esa es la solución a su enfermedad (por ejemplo un tumor mamario) o por un accidente (una fractura de hueso), o porque es la forma de prevenir problemas futuros (el caso de las castraciones), hemos de estar seguros de que su organismo está preparado para una anestesia y una cirugía.
¿Y cómo podemos obtener esa información?
Mediante lo que los veterinarios llamamos ' Chequeo Prequirúrgico', que consiste, ni más ni menos, en un examen físico completo y un perfil analítico preanestésico:
* En el examen físico observaremos las mucosas de su animal, su temperatura, peso, estado de hidratación, lo auscultaremos y valoraremos su estado general.
* El perfil preanestésico consiste en un análisis de sangre y, en ocasiones, también de orina, que nos orientará sobre la posibilidad de problemas renales, hepáticos, dificultades en la coagulación, etc., que podrían complicar la cirugía. Si los encontramos, podremos llegar a un diagnóstico y tratarlos, posponiendo la cirugía, si es necesario, o al menos tomando precauciones especiales si ello no fuera posible.
¿Cuál es el momento adecuado para hacer este chequeo?
Lo ideal es hacerlo unos días antes de la cita programada para la cirugía. Podemos hacerlo el mismo día en que se diagnostique el problema y se decida operar, o podemos darle cita para otra fecha si, por ejemplo, el animal no ha venido a consulta en ayunas o nos encontramos faltos de tiempo y no podemos atenderle debidamente.
Habrá ocasiones en que la cirugía sea urgente: sólo en estos casos haremos este chequeo inmediatamente antes de entrar en quirófano.
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